La mejor película BDSM de la historia

‘Secretary’ (Steven Shainberg, 2002)

Secretary, es una película protagonizada por Maggie Gyllenhaal y James Spader; ganadora del Premio Especial del Jurado en el Festival de Sundance. Supuestamente es una comedia… Aunque, la verdad, no te ríes mucho.

En realidad, es la mejor aproximación que el cine ha hecho jamás sobre la formación y consolidación de una pareja practicante «intensiva» de BDSM en el mundo real.

Las dudas de los protagonistas (sobre sí mismos, sobre el otro, sobre cómo los verá el mundo…) su descubrimiento del deseo (casi por sorpresa) y su evolución a pareja «estable» de Amo – Sumisa, a pesar del qué dirán y de la presión social… Son las que, muy habitualmente, pasa cualquier pareja que decide vivir el BDSM de forma intensa, lejos de la parafernalia de las mazmorras y cerca del día a día de comprar en el mercado y criar niños.

Además, de tanto en tanto, te ríes (como en la vida) y de tanto en tanto, sufres (como en la vida, también). Ambos tienen un camino previo de fracasos personales y acaba venciendo el Amor, en un happy ending con cucaracha (si no pillas el chiste, tienes que verla).

Si estás decidiendo qué grado de implicación vital quieres tener en el BDSM, acabarás aceptando que es la mejor película BDSM de la historia del cine.

La mejor película de BDSM de la historia. Sadomasoquismo.

Otras películas sobre BDSM…

Por si quisieras ampliar la muestra y decidir cuál es la mejor película BDSM de la historia; éstas, podrían interesarte:

  • HISTORIA DE O (Just Jaeckin. 1975). Un clásico, lastrado por el desfase temporal, he envejecido mal y tiene un sesgo reiterativo hacía el sexo en grupo (influenciado por el movimiento hipppy). Poco representativo del BDSM del s.XXI.
  • KINK (Christina Voros, 2012) un documental producido por James Franco, cercano a la estética pornográfica, promete mucho más de lo que da y no representa más que a la fracción profesional que vende BDSM en cintas para masturbadores.
  • MENTIRAS (Jang Sun-woo, 1999) un desfase coreano que lucha contra sus propias frustraciones culturales. Se esfuerza tanto en ser rompedor y antisistema que se olvida de la conexión emocional con los personajes… ¿Lo mejor? El repertorio de objetos usados para golpear, las caras de los actores cuando se excitan y la sensación adolescente de todo el conjunto.
  • EL IMPERIO DE LOS SENTIDOS (Nagisa Oshima, 1976). Otro clásico. Desde la óptica del Japón feudal (y de una supuesta historia real) se desgrana un enamoramiento perverso, en el que el amor se abre paso en un entorno cultural asfixiante, su expresión BDSM se muestra abiertamente política (con la cesión del poder a la mujer) y acaba (¿accidentalmente?) en muerte, suicidio, sangre y moralina… Es decir, un happy ending made in Japan.
  • LUNAS DE HIEL (Roman Polanski, 1992) Una de esas películas que también merecen una revisión, si bien (como en tantas) muestran a los practicantes de BDSM como personas desajustadas, con desequilibrios emocionales previos, que se expresan a través del sexo. Interesante por el estilo del director y por ver a Hugh Grant fuera de sus comedias simplonas… El tiempo no la ha tratado bien y las escenas presuntamente sexys (el baile lésbico) han perdido mucha fuerza. Ahora parece una grabación casera del guateque de graduación del instituto de tus padres.
Post Scriptum:

En respuesta a los que me preguntan por las 50 SOMBRAS DE GREY, solo decirles que «eso» es al BDSM como LA LOCA HISTORIA DE LAS GALAXIAS es a STAR WARS… Una parodia.