La historia del BDSM, como la del sadomasoquismo, es tan antigua como la propia humanidad y su deseo de placer… Sin embargo, suele aceptarse que debuta en la Historia a partir de las obras del marqués de Sade (Donatien Alphonse François de Sade) y de Leopold von Sacher-Masoch; cuyos apellidos, ligeramente deformados, dan lugar a los términos sadismo y masoquismo.
Marqués de Sade.
El marqués de Sade fue un noble parisino, contemporáneo de la Revolución Francesa, que pasó más de 25 años en prisiones, manicomios y centros de detención. Sus crímenes y sus obras trataban de diversas formas de agresión sexual y sus disertaciones sobre su comisión.
Es decir, su impacto social no radicó tanto en los hechos que explicaba sino en cómo los justificaba; así como en sus múltiples argumentaciones contra el cristianismo, el judaísmo, la moral imperante y su defensa del egoísmo integral del Hombre.
Sus obras abarcan cuentos, novelas y obras de teatro; y destacan de entre todas ellas «Los 120 días en Sodoma», «Justine o los infortunios de la virtud» y «Juliette o las prosperidades del vicio.»
De forma resumida, el marqués de Sade creó un personaje (y quizás fue él mismo así) que obtenía placer (generalmente, sexual) de causar dolor a otra persona, tanto físico como emocional: EL SÁDICO.
Leopold von Sacher-Masoch
Leopold von Sacher-Masoch (1836 – 1895) fue un aristócrata austriaco que escribió La Venus de la Pieles, novela en la su protagonista le pide a su pareja que lo trate como un esclavo, lo maltrate y lo castigue cruelmente por sus faltas; dejando constancia escrita, a través de un contrato de sumisión, de su deseo (y liberando a la mujer de posibles sanciones legales si las cosas se descontrolaban).
En la obra abundaban los latigazos, los azotes y demás juegos sexuales, junto al discurso del protagonista (Severín) sobre el intenso placer que dicho maltrato le causaba.
En resumen, von Sacher-Masoch creó el primer MASOQUISTA, reconocido como tal, de la Historia del BDSM.
La sociedad austriaca recibió la obra con agitación (máxime, al suponerse que era autobiográfica). De la polémica subsiguiente quedó para la Historia, tanto el concepto de masoquismo, como las primeras referencias al contrato de sumisión y a conductas sexuales que, más o menos ocultas, ya se daban en la sociedad.
El BDSM, despegue y evolución.
El BDSM es, básicamente, la aplicación de los principios del sadomasoquismo (juguetes sexuales, roles de amo – sumiso, dolor x placer) de forma no patológica, consensuada y segura.
Las mismas siglas del BDSM solamente refieren técnicas concretas, y su uso arranca en 1991, cuando aparece el acrónimo en Internet, fusionando conceptos anteriores y buscando diferenciarse del concepto de sadomasoquismo (que tenía y tiene una imagen negativa).
Antes, en los 70, el colectivo homosexual estadounidense intentó apropiarse del término (en un concepto que denominaron «vieja Guardia» o «purista»), probablemente, para aumentar la identificación interna del colectivo homosexual a través de símbolos externos muy reconocibles (cuero, tachuelas, látigos…) en un tiempo de lucha por los derechos civiles.
En los 80 colectivos lésbicos y heterosexuales accedieron al concepto, y el movimiento purista se diluyó…
Algunos años después, con el boom de Internet, el concepto llegó a la vida de muchas personas que, en un grado u otro, se reconocieron practicantes, por lo que el BDSM fue absorbido por la «normalidad».
El BDSM hoy…
Actualmente, la práctica del BDSM en grado moderado, no se considera llamativa, y solamente las aplicaciones más extremas del BDSM (mazmorras equipadas, látex, roles sostenidos fuera de la esfera sexual, escenarios sofisticados, 24/7…) son objeto de atención popular.
De hecho, esas prácticas son las que, en este momento, se consideran como BDSM, siendo lo demás «juegos sexuales» normales.
Una realidad que reconoce que las prácticas de cesión de poder (sexuales o no), la relación entre el placer y el dolor y el interés por teatralizar el sexo siempre acompañaron a la especie humana, pero hasta Internet, Sade y von Sacher-Masoch no le habían puesto una etiqueta.
Por otro lado, la plasticidad y variabilidad de la vida sexual humana abarca las prácticas BDSM, por lo que su clasificación es efectivamente imposible, ya que dependerá de cada persona, el momento de su vida y el estado de su relación de pareja.
¿Quieres saber algo más de aparatos BDSM?
Fotos Marqués de Sade y Leopold von Sacher-Masoch : Wikipedia Commons.