El contrato de sumisión es la formalización de la relación de Amo – Sumiso. Básicamente, consiste en listar las tareas asignadas a cada miembro de la pareja, las actividades sexuales que se permiten (y las que no) y la palabra de seguridad…. Su amplitud es tanta como quiera la pareja, y aunque pueda parecer banal, presenta varias ventajas.
Ventajas del contrato de sumisión.
- Establece los límites que cada uno pone de forma clara, lo que evita errores de interpretación. Por ejemplo, si dejáis escrito que la asfixia erótica está permitida, pues ya no hay que volver a comentarlo sobre la marcha. Lo cual resta fluidez a la relación.
- Permite la preparación mutua. Si está incluido formalmente que se puede atar y azotar a algún miembro de la pareja, el responsable de esa actividad tiene tiempo de ir preparando los juguetes necesarios… Y, la preparación del evento suele ser un gran estímulo en sí mismo.
- Elimina la incertidumbre (y la ansiedad). Lo qué se su puede hacer y cómo ya está determinado, así que solo queda desarrollar la técnica para ejecutarlo y dejarse llevar.
- Optimiza la comunicación entre las partes. El contrato es un documento reflexionado, lo que queda escrito es una declaración explícita sobre qué quieres del sexo (y del resto de tu vida). Como aviso para navegantes no tiene precio. Ambas pueden asumir el deseo del Otro y ver si les encaja o no, sin opacidades.
- Representa un ejercicio de autodescubrimiento y de autoafirmación. Al escribir lo que quieres (lo que deseas, lo que te da placer…) te obligas a mirar dentro de ti, aceptar lo que hay y solicitarlo como algo digno y razonable. Es, en sí mismo, una exaltación del derecho a ser uno mismo, al menos, en la intimidad.
La mayor parte de las parejas no redactan ni firman un contrato de sumisión (ni ninguna forma escrita de contrato sexual) ya que su interés BDSM se limita a salpimentar su vida sexual y, por ello, no encuentran necesario escribirlo; pero si la práctica del BDSM se intensifica, resulta muy conveniente, ya que toda conducta BDSM debe desarrollarse en el marco de la mayor seguridad posible, tanto técnica (aquí, la práctica hace al maestro) como jurídico -social.
No olvidemos que, probablemente, van a quedar lesiones y marcas y SIEMPRE puede haber accidentes…. Así que, tal como está el patio, no está de más tener un papel firmado (y quizás algunos vídeos caseros), por si hay que explicarle cosas a un médico de urgencias, a un juez o a una suegra.
Finalmente, para poder calibrar la proporción de accidentes sexuales fatales, nos remitimos a un artículo del sitio The Daily Beast, donde informa de que cada año ocurren cerca de mil casos de muertes accidentales durante actividades sexuales sadomasoquistas (BDSM)… Generalmente, por asfixia erótica y similares.
Ejemplo de contrato de sumisión para descargar.
Revisando los contratos de sumisión.
¿Qué suele ponerse en un contrato de sumisión?
Los contratos de sumisión incluyen, habitualmente, los siguientes puntos:
Disponibilidad sexual plena.
La Sumisa siempre estará bien dispuesta para los abordajes del Amo (o sea, que estará disponible siempre para el sexo); y muchas veces, esto se complementa con lucir ropa interior atractiva (o no llevar).
Este apartado se basa en el mito de que el hombre siempre quiere sexo (sí, es un mito). como también lo es que la mujer pueda, físicamente, estar siempre dispuesta (aparte del ciclo menstrual y la propia apetencia, también es un mito).
Así, ¿qué se busca con este apartado? El objetivo de poner este apartado es establecer varios recordatorios: El primero, se basa en el mantenimiento del rol sexual – amante (uno de los primeros que se erosionan en las relaciones de pareja estable). Según este apartado, el Amo debe estar pendiente de la Sumisa (tanto para castigarla, como para abordarla sexualmente) lo que implica una importante atención sostenida.
Cuidado del hogar.
Otro de los apartados clásicos en los contratos de sumisión es el de cuidado del hogar (asignado a la Sumisa). Es decir, de forma explícita y formal, la Sumisa pasa a cuidarse de la casa… Es decir, una separación de roles tremendamente clásica y bastante antigua.
Autocuidado.
Generalmente, uno o varios de los puntos del contrato se refieren al autocuidado de la sumisa, ésta debe seguir una dieta, acudir regularmente al gimnasio y velar por su salud (revisiones médicas…) Así como mantener un vestuario elegante y atractivo para cualquier ocasión.
Unos detalles que, generalmente, las mujeres (y los hombres) ya tratan de seguir en su vida normal: Estar guapo, sano y elegante.
Evitación de discusiones.
La clausula de evitación de discusiones es particularmente interesante, suele incluirse de diferentes modos, pero siempre se refiere a que el Amo tiene razón y no se le puede discutir.
Es decir, se eliminan por contrato todas las discusiones estériles sobre banalidades, ya que el criterio del Amo es indiscutible.
Conviene volver a recordar que esto es aceptado por la Sumisa y puede ser revocado cuando ella lo desee, es decir, que si no discute es porque no quiere.
Lista de actividades sexuales y castigos.
Uno de los puntos centrales del contrato de sumisión es la lista de actividades sexuales aceptadas (tipo de ataduras, insultos…) y la de los castigos pactados (encerrar en el armario, arrancar pelos del pubis…) y, a veces, los cuidados perisexuales obligatorios (los mimos de antes y después).
Esencialmente, todas las actividades (sexo, castigo, mimos) comparten dos elementos: ATENCIÓN SOSTENIDA y CONTACTO FÍSICO.
Ya sea atándola, azotándola, masturbándola o espolvoreando el talco en las zonas irritadas, lo que el Amo le regala a la Sumisa siempre es su atención concentrada y sostenida, un recurso que se considera deseable por todos los seres humanos desde su primera infancia.
Literalmente, para un bebé, la atención es la vida. Ese primer aforismo acompaña al ser humano durante toda su vida, y es la base de todas las formas de terapia no médicas.
Respecto al contacto físico, de una forma u otra, todas las actividades BDSM implican contacto; generalmente, continuado.
El contacto físico es esencial en el desarrollo humano, y representa la primera vía de comunicación de los bebés con el entorno y con las personas de referencia.
Así, en la raíz esencial del BDSM lo que se da es atención sostenida y contacto físico. Muy probablemente, su presencia abundante en las personas practicantes tenga relación con su estabilidad emocional y los beneficios físicos de su práctica.
Al final, la síntesis del contrato es que la Sumisa debe estar guapa, sana y elegante; cuidar de la casa y del Amo; no iniciar o mantener discusiones banales y estar dispuesta para el sexo… O sea, como el manual de la buena esposa de los años 50.
Con la diferencia, ya apuntada que la Sumisa lo ha pactado todo de forma expresa y le saca un importante rendimiento sexual, psicológico y social.
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